- ProdecedenciaRioja DOC
- BodegaLuis Alberto Lecea
- TipoTinto
- VariedadTempranillo
- Producción de botellas 5000
- Contenido Alcohólico14.00% Vol.
El viñedo, tempranillo, garnacho y viura, lo cultiva en la vega del Ebro, la del Najerilla y el alto llano de Valpierre, distintas tierras con sus microclimas que definen los vinos de pueblo de San Asensio.
Claro que esta localidad riojanariojana, ahora que todo lleva apellidos, fue reconocida por sus claretes equilibrados, frescos y carnosos a base de garnacho que soportaban el paso del año espléndidos y refrescantes, pero lo cierto es que el clarete comercialmente sigue siendo un vino maldito, difícil de comercializar y de consumo mas bien inmediato. Bueno, como tantos tintos que hoy se elaboran.
Esta tradición de saber hacer clarete y que ha sido transmitida entre generaciones, ha eclipsado de alguna manera el reconocimiento de los tintos locales que salvo en un pequeño porcentaje de bodegas han sido comercializados formando parte de las crianzas y embotellados que han construido los grandes riojas.
Se terminaba la última vendimia cuando cayó en mis manos una botella de Corazón de Lago 2009. ¡Vaya qué bueno!-Pensé- Si a estas alturas tiene algo que decir el vino, lo dirá. Y ya lo creo que lo dijo. Ahí estaba su fino perfume primario sin estridencias. Con mucha elegancia y discreto. Nada parecido a las estridencias eventuales con las que nos tienen acostumbrados los maceraciones carbónicas al concurso que embargan la nariz y anestesian las encías.
"Corazón de Lago- como dice la etiqueta-es el fruto de la ilusión de una familia bodeguera por recuperar las antiguas tradiciones en el proceso de elaboración" Y el resultado es un vino agradable, carnoso que acaricia la boca como el terciopelo. Un vino para beber, que no es poco, en esas 6600 botellas que se obtienen exclusivamente del pisado de 15000 kilos de uva entera en un lago abierto de hormigón.
Algo parecido me ocurrió con el clarete, descorchado un año mas tarde de la vendimia. Ahí estaba para mi sorpresa- malacostumbrado a blancos manchados y de sangrados excéntricos y exóticos transitorios- vivo, fresco, discreto y elegante. Tentador. Y como pedía a gritos beberse la botella,así lo hicimos mientras idolatrábamos el equilibrio y la compostura del sangrado de garnacho del Najerilla.
Si el clarete define con exactitud su origen y procedencia, el blanco, fresco y equilibrado, ejemplifica el carácter de los vinos a partir de viura bien trabajada, sin excesos ni oxidaciones.
Y así es como me han ido conquistando los vinos de Lecea, por su frescura, por su identidad, por la boca amable y aterciopelada, por la sencillez, por sus raices y- porque todo hay que decirlo, por sus precios razonables.