En la continua  búsqueda de la huella del terroir,  trabaja Eric Rodez las 6 hectáreas plantadas de pinot noir y chardonnay  en el Grand Cru de Ambonnay utilizando métodos ecológicos de agricultura.

La herencia de ocho generaciones y una dilatada experiencia de trabajo en bodegas de Borgoña, Ródano, Beaujolais y la emblemática Krug, le han enseñado a este artesano a manejar el viñedo, la fermentaciones malolácticas y la integración del vino y el roble con una destreza espectacular. Sólo hay que descorchar una botella de sus vinos para tomar referencia exacta de la caricia  de disfrutar un Grand Cru Champagne y comprender la pasión que tanta gente en la historia ha profesado a este vino.